05 mayo 2009

Guía de Lectura Kaplún, Mario: “La naturaleza del medio”, en Producción de programas de radio. El guión

En la actualidad vivimos una especie de dictadura de la imagen, donde los medios audiovisuales —cine, televisión, Internet y telefonía celular— tienen un mayor grado de receptividad y, por ende, de influencia en la gente que los consume a diario. Sin embargo, el medio que utiliza solamente el sentido auditivo, la Radio, sigue presente en la cotidianeidad de las sociedades.

Dicha supervivencia se debe a que la radio cuenta con algunas particularidades —ver las respuestas siguientes— que la transforman en un medio, en palabras de Mario Kaplún, “entusiasta”. En este sentido, juega un papel preponderante el hecho de que el medio radiofónico tiene el poder de llegar a miles de personas a la vez y penetrar en la intimidad de los hogares y, con la ventaja, de tener muy bajos costos.

En este contexto de masividad, algunos ven a la radio como un vehículo, un puente, para difundir sus ideas, sus emociones o sus vivencias; como así también, un mensaje político, educativo, religioso o científico. Por otro lado, y esto es lo importante, hay otros que sostienen que acercarse al micrófono por el simple hecho de llegar al público, dejando de lado a la reflexión y a la crítica se corre el riesgo de la poca o nula audiencia. De esta manera, Kaplún, le da la importancia no sólo al parlamento que queramos decir sino también a las formas, a las maneras y a los tiempos que tenemos en Radio. Por ello, “el medio radiofónico influye necesariamente sobre el mensaje, lo condiciona, impone determinadas reglas de juego; obliga a adecuar la comunicación educativa y cultural a la naturaleza y a las características específicas del medio”.[1]

2.

En el punto anterior nombramos que algunas personas toman a la Radio como un vehículo para la transmisión de sus ideales; sin embargo Mario Kaplún rectifica esos dichos diciendo que: “La radio no es un vehículo, sino un instrumento. Sin duda un gran instrumento potencial de educación y cultura populares, pero que, como todo instrumento, exige conocerlo, saber manejarlo, adaptarse a sus limitaciones y a sus posibilidades. Usar bien la radio es una técnica y un arte.”[2] Desde nuestro punto de vista, la frase “técnica y arte” hace referencia a que no cualquiera puede decir cualquier cosa en el aire radiofónico. Es decir, para hablar por radio, para salir al aire y llegar a miles de personas debemos estar preparados para tal ejercicio. Debemos entender lo efímero del medio, como así otras particularidades —más adelante explicitadas— para no errar los caminos y no convertir el medio radiofónico en algo abstracto, sin contenidos y aburrido para los oyentes. En cierta medida, y siguiendo a Kaplún, debe existir, además de una precisa adecuación, mucha creatividad para no caer en discursos, monólogos extremadamente monótonos.

3.

La radio se diferencia con los otros medios por algunas de sus características principales o, en palabras de Kaplún[3], sus ventajas cuantitativas; que son las siguientes:

® Popularidad (como se dijo anteriormente la radiofonía se “mete” en todos las casas y, además, tiene la posibilidad de ser escuchada por medios portátiles como en autos, celulares, etc.)

® Simultaneidad (siguiendo con la idea anterior, la radio llega al mismo tiempo a miles —o millones— de personas)

® Instantaneidad (la prensa gráfica tiende a llegar muchas horas después que un mensaje radiofónico. Sin embargo, vale la aclaración que las nuevas tecnologías satelitales le posibilitaron tanto a la televisión como a Internet “emparejar” esta cualidad hasta hace unas décadas propia de la radio)

® Largo alcance (al igual que el punto anterior, la radio sigue contando con esta ventaja de llegar a lugares inhóspitos pero la TV por cable, la telefonía celular y la Web igualan esta cualidad radial)

® Bajo costo per cápita (tal vez uno de los puntos más fuerte en la actualidad. Mientras que la TV o los servicios de Internet o telefonía móvil tienen un costo elevado, la radio sigue manteniendo sus bajos costos de recepción)

4.

Unisensorialidad: sólo requiere del sentido auditivo. Esto puede producir fatiga, por la concentración que se debe poner para seguir una transmisión radial. Dicho cansancio trae aparejado un relajamiento y distracción del oyente. Esto se hace evidente en los discursos políticos o lecturas de algún tipo de informe de larga duración.

Ausencia del interlocutor: no ver a quien nos habla puede llevar a una distracción más rápida.

Fugacidad: a las palabras se las lleva el viento. Esta frase bien podría explicar esta limitación. Puede evidenciarse este límite cuando se trata de leer o comentar hechos complejos, por eso es necesario ser más redundante en radio (diferenciándose del medio escrito en el cual la repetición es evitada).

Auditorio condicionado: ésta es una extensión de la Unisensorialidad, requiere una atención más “profunda” y esto hace que el público se canse más rápido.

Todas estas limitaciones quedan aún más en evidencia como dice el autor cuando se comprara a este medio con otros como la radio, prensa escrita e Internet. Pero como enuncia Kaplún más adelante, todos estos impedimentos o desventajas son superables, dependerá de cada locutor/ productor, poner toda su creatividad en juego en pos de realizar un programa atractivo.

5.

Poder de sugestión: a través de un lenguaje creativo se pueden crear imágenes auditivas y escenarios que atrapen al escucha. La música y los efectos de sonido juegan un papel fundamental aquí.

Comunicación afectiva: suele decirse que el audio es el sentido más relacionado a las vivencias afectivas del hombre.

Empatía: esta posibilidad, de ponerse en el lugar del otro, dependerá de cuanto conozca el locutor a su audiencia, es por ello que Kaplún afirma que la empatía es desarrollable.

Relación de identificación: esto dependerá directamente de la capacidad de empatía del locutor. Si éste es capaz de hacer que la gente se sienta identificada con él, ellos lo recibirán casi como un amigo dándole un lugar importante en sus vidas.

Cómo dijimos antes, todas las limitaciones tiene su contra en las posibilidades creativas que ofrece el medio radiofónico, un medio único y muchas veces menospreciado. Es necesario, casi indispensable manejar técnicas particulares del medio para ofrecer un producto mejor.

6.

El formato radiofónico estático es cuando hay una sola y misma vos que trata los temas que se presentan. La forma más empleada es la charla expositiva, que es cuando alguien habla por radio con el fin de explicar algo, difundir conocimientos. Es la forma más sencilla y económica de usar la radio, pero también la menos radiofónica y la menos pedagógica. El autor la define como un monólogo.

Este formato hace difícil mantener la atención y el interés del oyente dado que la comunicación tiende a ser fría e impersonal, la necesidad de reiteración de los conceptos se torna pesada, se hace difícil ofrecer distintos puntos de vista y alternativas, hay poco lugar para la imaginación y por ultimo el empleo de música se da nada más como función de pausa entre bloques de texto.

7.

Los formatos radiofónico dinámicos son aquellos que, como su palabra lo indica se contraponen a los estáticos y se caracterizan por su fluidez y dinamismo a la hora de trasmitir un mensaje. Podemos nombrar algunos como: el diálogo, el radiograma o el radioteatro. En todos ellos coinciden las exigencias, cualidades y ventajas bien utilizadas que la radiofonía ofrece al receptor, como ser:

- Ventajas a la hora de fomentar la concentración y el interés de los oyentes, ya que el diálogo, por ejemplo, sugiere ideas que el “auditorio popular” como denomina el autor, adquiere y toma a su modo, sin imponerlas como ocurre en un discurso, llano y monótono. De esta manera, se aviva la imaginación del receptor y a la creación de imágenes auditivas.

- La expresividad y vividez del mensaje se activa de manera automática cuando los recursos radiofónicos (la música, los efectos de sonido, los silencios) en este tipo de formatos son bien utilizados. Asimismo, se profundiza la relación emocional, la comunicación afectiva entre el emisor y el oyente, siendo que los temas que se podrían tratar en un radioteatro por ejemplo, serían puntuales y generarían una mayor personalización del mensaje y cierta identificación con el mismo por parte del receptor. Es así que, si las situaciones que en este modelo dinámico de presentan sean problemas corrientes en el auditorio, se logrará una correcta empatía transmitida del emisor que interpreta correctamente los valores de la comunidad que lo está oyendo y en la cuál está inserto.

- A mayor creatividad a la hora de escribir un guión radiofónico dinámico, mayores serán las posibilidades de que se defina una relación de igual a igual entre el emisor y el radioescucha que se sentirá claramente ejemplificado y participante de una situación en la cual se ve plasmado.

- Para lograr que el mensaje llegue como se pretende al oyente, es necesario reiterarlo con el cuidado de no caer en el aburrimiento y la monotonía. Por esto, el formato dinámico permite que los diálogos o situaciones que se crearan, reiteren constantemente conceptos fundamentales sin que ello se advierta, es decir que de manera atractiva, vivida y a la vez fugaz se logra por parte del oyente una consciente percepción del mensaje.



[1] Kaplún, Mario: “La naturaleza del medio”, en Producción de programas de radio. El guión. La realización. Ediciones CIESPAL, Buenos Aires, 1978. Pág. 47.

[2] Op cit. Pág. 47

[3] Op cit. Pág. 48

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